domingo, 12 de marzo de 2017

Leyenda de los rios Mures y Olt.


Érase una vez, en tiempos muy lejanos cuando nacían los cuentos, en un pico de montaña una aldea con dos torres. Allí vivían el emperador y su mujer con sus dos hijos gemelos que se parecían como dos gotas de agua.

Sin embargo, aunque sus rostros eran casi idénticos, el carácter de ambos era totalmente distinto lo que les hacía discutir por cualquier cosa y pelearse hasta que temblaba la tierra.

Con el paso del tiempo los chicos crecieron, el emperador dejó la aldea y se fue a la guerra junto con su ejercito pero nunca mas regresó. La emperatriz envío jinetes en todas las direcciones para encontrar a su marido pero sin resultado. El hombre había muerto lejos en una cruel batalla, pero la emperatriz lo ignoraba y no paraba de preguntarse: “¿Y ahora qué vamos a hacer yo y mis traviesos hijos?”. Día y noche los mismos pensamientos: “ Pelean durante todo el día e incluso construí para cada uno una torre pero siguen sin llevarse bien. En la torre norte vive Mures y en la torre sur vive Olt. Ahora ya son mayores, preparados para casarse y ¡que pena que nunca se reconciliarán!”
Un día Mures, que era mas calmo y mas sabio, le dijo a Olt:

—Hermano Olt, nuestra madre llora continuamente por nuestro padre, el emperador de las tierras. ¡Vamos a hacer algo!
—Propongo, hermano mio, dejar atrás la ira y la rabia que hay entre nosotros e
irnos en busca de nuestro padre. ¿Quién sabe en qué bosques esté herido o en qué mazmorras esté encadenado? Y nosotros, mientras, hallámosnos aquí, discutiendo.

Los dos hermanos fueron ante su madre y hablaron con ella sobre lo que decidieron. Cavilando en las intenciones de sus hijos, la emperatriz derramó unas lagrimas de dolor pero también de alegría. De alegría porque sus hijos eran dignos y valientes y de dolor porque iban a salir al gran mundo y tenia miedo de perderlos como a u marido. Así que les dijo con su cálida voz:

—Que así sea, hijos míos. Id en busca del emperador pero haya lo que haya en vuestro camino permaneced siempre unidos y no os separéis porque solamente entre los dos podéis conseguirlo.

Los dos príncipes empezaron su camino pero nada mas salir de la aldea empezaron a discutir hacia donde tenían que ir:

—Vamos hacia el norte —dijo Mures.
—No, no, mejor vamos hacia el sur —contestó más alto Olt.

Se pelearon durante un tiempo hasta que decidieron.

—Yo me críe en la torre norte así que me iré hacia esa dirección —dijo Mures.
—Pues yo en la torre sur y elijo ir hacia el sur —replicó Olt.

Así que se separaron y Mures se fue hacia el norte y Olt hacia el sur. Pero después de poco tiempo Mures empezó a echar de menos a su hermano.

—Siempre nos peleamos, pero nos queremos porque somos hermanos. Nuestra madre nos pidió que no nos separáramos… voy a buscar a mi hermano —decidió.
Mures volvió hacia el sur pero ya no encontró a Olt. Se perdió y cogió el camino hacia el oeste por campos tan hermosos que nublaron su mente de tal manera que se olvidó de su hermano.
En la corte la emperatriz recibió noticias de sus mensajeros.

—Gran emperatriz: nada más salir de la aldea vuestros hijos se pelearon y se separaron incumpliendo vuestras ordenes.

Triste y enfadada, la mujer se fue en busca de sus hijos pero ya no pudo alcanzarlos ya que iban deprisa en distintas direcciones. Así que empezó a rezar para que sus hijos no se murieran.

—Dios mio, Te lo ruego: enséñales el camino a mis queridos hijos. Perdí a mi esposo. Haz lo que sea para que ellos no fallezcan.

Dios escuchó sus oraciones y decidió transformar a los dos príncipes en dos ríos inmortales. Y esos ríos guardan hoy en dia sus nombres: Mures y Olt.
Mures fluye tranquilamente hacia el campo esperando encontrar a su hermano gemelo y la gente le suele cantar:

“Mures, Mures, agua cristalina
A otro país tú llévame
Y  la paz encuéntrame.”

Rio Mures
Mientras que el rápido y enfadado Olt se choca contra las piedras de las montañas, las revuelve tumultuosamente, hace espumas y sangra en la parte de Turnul Rosu. La gente también le dedica una canción:

“Tu, Olt, río maldito
Eres profundo y ancho
Llegas grande, espumeante
Y con sangre mezclado”

Rio Olt