viernes, 15 de agosto de 2014

Oh, Madre




Oh, Madre

Te rogamos fuerte

Escucha siempre

Nuestra gran suplica:

No dejes, Madre

Que nos perdamos en el camino

Porque somos los hijos

De tus lágrimas.

Cuando bajo la cruz llorabas

Madre de los dolores

Te recibimos como madre

Nosotros y todo el mundo.

Navegantes en el mar

Eternamente turbio

Hemos puesto en ti

Toda nuestra esperanza.

Tú eres la estrella del mar

Y haces que todo pase.

De los que a ti rezan

Nadie se ahoga.

Haz que llamemos siempre

A tu compasiva puerta

Mientras en el mundo

Las olas nos llevan.

Y cuando las nubes y la niebla

Van a oscurecer el cielo

Ven, tú, Madre

A enseñarnos el camino.

Lleva el barco

Entre las rocas y las olas

Para dejarnos salir al puerto

De las orillas eternas.

Oh, Madre

La más preciosa flor

Haz de las lágrimas

Flores del valle.

Sálvanos de las pasiones

Y de los malos deseos

Y cámbianos en puros

Lirios del valle blancos.

No dejes, Madre

Que nos perdamos en el camino

Porque somos los hijos

De tus lágrimas.